Primero lo primero: no uso reloj. Simplemente no es parte de mi día a día, ni de la cultura familiar, no lo veo como accesorio, no esta en mi radar de necesidades ni deseos. En algún momento pensé comprar el Apple watch por moda, para medir el poco ejercicio que hago o simplemente por que esta bonito el modelito, pero al final la relación costo-beneficio no me convenció. Soy la que se desespera gritándole a Siri: ¡apagar cocina! y también soy la que tira el teléfono al suelo incontables veces al día, así que no, seguiría sin reloj.
Me olvide del tema varios meses, si no es que años, hasta que me encuentro esto:

Me enamore, y no sabia cual comprar, o el de Modigliani, o Klimt, o Mondrian, los quería todos. Le di un vistazo a la página, el lanzamiento en Centro Pompidou. A nivel marketing y evento me quede con cara de wow . Se ganó su like y share.
Todo bien hasta ahí, pero no hay conversión.
Pasaron los días y otra vez erikita, in your face!

Si hay temas ñoños que me enamoran son estos: arte y astronomía. Ya es 99% un hecho que voy a convertir. Voy en busca de mi reloj pero más allá de como pase todo el funnel de ventas digital me llevo una reflexión sobre cómo mercados que se están erosionando se vuelven a reactivar con nuevos compradores, segmentando mercado y buscando nuevos nichos. Los drivers de compra cambian, pero el mercado está ahí.
No se necesita estar en el mercado relojero para saber que aquellos compradores nivel de entrada cambiaron de comprar un reloj económico por un smartwatch. Otra cosa son los relojes de gama alta, ese es otro universo. Pero en tiempos de e-commerce y cuando el volumen costea operación, no se puede solo decir adiós a este canal.
Encontrar a los no-usuarios, entender sus necesidades y armar toda una estrategia digital con su respectivo funnel parece receta de libro, o consejo de clase de marketing pero ejecutarla no es fácil. En el camino hay que convencer a múltiples participantes para lograrla: selección de temas, obras, convencer a los decisores ¿Que obra ponemos? comercial pero no tan comercial. ¿Nos asociamos, o vamos solos? ¿Con quien? quien autoriza el co-branding, los estándares de producción, la cantidad a producir, el empaque, etc. Poco a poco se va destrabando, sucede y se logrará el objetivo en ventas y su respectivo ROI. O eso espero porque es una apuesta creativa que hace Swatch para mantener vivo este mercado con una nueva segmentación.
Este fin de semana me lanzare a la experiencia de compra y aunque es probable que la hora la siga viendo en el teléfono, ya ando en busca de algo no por su funcionalidad, ni por la calidad, si por la experiencia. Por que es algo bonito que me llena de alegría solo verlo, por lo que representa para mi Mondrian, o el planeta Venus.
El intelecto confunde la intuición, diría Mondrian.
O a veces no, dirían los señores de Swatch
Les dejo mis canales de Arts & Lights y mi LinkedIn
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